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Sobre Alicia Barney

 

Un arte para los años ochentas

Álvaro Barrios | 1980

   

Alicia Barney: el paisaje alternativo

Miguel González | 1982

 

El paraíso perdido

Álvaro Herazo | |1982

   

En el proceso regional de la biovanguardia

José Hernán Aguilar | 1984

 

En el proceso regional de la autobiovanguardia 

José Hernán Aguilar | 1985

 

Sobre "Aves en el cielo"

José Hernán Aguilar | 1993

 

Alicia Barney - Aves en el Cielo

María Teresa Guerrero | 1993

 

Texto a propósito de la exposición “Pulsiones”

Miguel González | 1993

 

Texto a propósito “comportamiento del paisaje VII

festival internacional de arte de Cali”

Miguel González | 1995

 

Zoom Alicia Barney

Carlos Jiménez | 1999    

 

Conversación con Alicia Barney Caldas

Revista Errata #10 | 2014

 

Yumbo, Alicia Barney

María Belén Sáez de Ibarra | 2014

 

La secta de los artistas olvidados

Lucas Ospina | 2014

 

Conversación con Carmela

Carmen María Jaramillo | 2016

 

Ponerse en sincronía con el Otro:

la poiética de AliciaBarney Caldas

Lars Bang Larsen | 2018

Alicia BARNEY: En el país de las maravillas

Emilio Tarazona | 2020

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EN EL PROCESO REGIONAL DE LA AUTOBIOVANGUARDIA

José Hernán Aguilar

Biblioteca: Pública Piloto, Medellín, Mayo 1985.

Las probabilidades de expresión lingüística del espectador ante una obra ciertamente encerrada en sí misma se convierten en respuestas plásticas que profundizan la significación intermedial del trabajo.

 

Aparte de una posible excentricidad críptica, los trabajos de Alicia Barney presentan la inteligente viabilidad de parecer anónimos productos tecnológicos. Como tales, la "belleza" inherente proviene no tanto de la intencionalidad de la artista sino e una prolongada observación y, por supuesto, de una desubjetivada meditación. La mezcla de intenciones que va saliendo a flote al pensar las obras de Barney revelan un extraordinario índice de alusiones: personales, regionales, políticas, nacionales, ecológicas, sexuales, plásticas.

 

El proceso realizado en "Río Cauca" actualiza nuestra idea de un mejor o peor futuro; las ascéticas piscinas en plexiglás denuncian una calidad no menos rigurosa. La denuncia es visual, "artística", pero seria. Al igual que los anónimos “S.O.S." de Adolfo Bernal, los tanques polucionados con agua polucionada del río Cauca se constituyen en un llamado de atención al público sea este espectador o receptor del mensaje; el trabajo es una obra de arte pero actúa también diferentemente: es una prueba científica, un documento y una actitud política. Sin embargo, no por todo lo anterior deja de ser bello o atrayente sino que al contrario, y respondiendo a ciertas exigencias estéticas tradicionales, “Río Cauca" adquiere un aura de misterio que seguramente proviene del delicado y sutil tono dorado de las piscinas al mismo tiempo que del rigor minimalista de su diseño. Los imparciales tubos de ensayo, que indican el lugar donde se tomó cada muestra de agua polucionada, reafirman la actitud investigativa del trabajo pero reafirman igualmente su intención plástica. Además, la región estudiada por Barney, la que podríamos llamar su conciencia genética, se presenta con un dibujo que no deja de parecer impersonal pero que en realidad no deja de ser eso, un dibujo.

 

Las tres estructuras que conforman el trabajo intitulado de 1984 confirman y replantean las propuestas ecológicas y políticas de "Río Cauca", obra que tuvo una gestación más larga, desde el proyecto de 1981 hasta su realización en 1982. La primera de las tres estructuras -al igual que las otras dos, una armazón rectangular de varilla de hierro pintada de negro y envuelta en lienzo, que se asegura en una de las esquinas con correas de cuero blanco- contiene en su interior una caja de plástico con compartimentos que encierran semillas de árboles tropicales. Al lado derecho de la caja cuelga una pesa de pescar en plomo; en el suelo se hallan los pies, también en plomo de la artista. El interior de cada estructura sólo se puede mirar ascendiendo una escalera de hierro que se encuentra adherida a la armazón, aumentando de tal manera el cripticismo poético del trabajo. Las otras dos estructuras guardan cada una, respectivamente, una caja con muchas cáscaras de huevos en sus colores naturales y con una pesa de plomo a la derecha (la segunda mientras que la tercera oculta un galón de pintura verde natural (clorofila) que chorrea sobre el piso tocando casi  los pies de la artista también en plomo.

 

Las probabilidades de expresión lingüística del espectador ante la obra ciertamente encerrada en si misma se convierten en respuestas plásticas que profundizan la significación intermedial del trabajo. La reunión de varios medios plásticos controlados al máximo por Barney ayuda a la formulación de tales propuestas lingüísticas. Cada estructura funciona evidentemente como fuente de información donde investigador forma parte de la ya establecida "unidad investigativa popularizada por el mejor periodismo, colombiano. La Unidad la conforman aquí el investigador-artista y el investigador-receptor. Barney, quien ha trabajado ya con los sistemas  periodísticos en sus no tan conocidos  números de "El Ecológico", nos insta a cerciorarnos de problemas específicos, tal como es el caso precisamente del periodismo. La información es, al mismo tiempo, suministrada y buscada voluntariamente,  como cuando se abre y lee un periódico.

 

Los problemas aludidos por Barney en las tres estructuras se transforman, por lo tanto, en propuesta  artísticas. El impecable aislamiento los objetos interiores subrayan, la esencialidad fenomenológica de procesos implícitos: las erradas soluciones reforestales (semillas de botes tropicales), el forzamiento los procesos vitales (incubadoras, huevos), el desangre ecológico (clorofila que gotea), el neutralismo testimonial del espectador (pies de plomo, escalera), y la momentánea transformación del espectador en artista (pies de plomo). Otras implicaciones resultantes sólo pueden ser sugeridas por el público que de una u otra manera "reacciona", así como reacciona un proceso vital, físico, químico o tecnológico. De todos modos, la pureza minimalista de obra total no logra sino reforzar percepción fenomenológica limitando estrictamente sus probabilidades plásticas. La belleza del trabajo radica efectivamente en la conceptualización de esa relación.

 

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